La Asociación Musical Santa Cecilia-Covaleda se encargará de la música durante las fiestas

La Asociación Musical Santa Cecilia-Covaleda se encargará de la música durante las fiestas de Nuestra Señora de la Vega

29 Agosto 2018


La Asociación Musical Santa Cecilia-Covaleda se encargará de la música durante las fiestas


José María Sáez Morón, acompañado de miembros de la agrupación, ha presentado el acuerdo en rueda de prensa.

El concejal de Servicios ha explicado que “finalmente tendremos música durante los festejos patronales de septiembre”. Sáez Morón destaca que el acuerdo llega “tras haberlo intentado, por activa y por pasiva, con la Asociación Banda de Música de Haro que ha rechazado todos nuestros planteamientos”. Contratar a una banda de fuera, en este caso, de Soria, “surge tras la petición de la Cofradía de Nuestra Señora de la Vega. Entendemos que en un año tan importante como es el del Centenario del Rosario de Faroles, no podíamos arriesgarnos”.

Por todo ello, desde el Ayuntamiento de Haro se abonarán algo más de 3.284 euros a la Asociación Musical Santa Cecilia-Covaleda. Se trata de una agrupación que cuenta con cuarenta músicos y su director, y que estarán presentes durante los actos más significativos de nuestros festejos patronales. Entre ellos destacan el concierto en la Plaza de la Paz y el acompañamiento a la procesión del Suntuosísimo Rosario de Faroles.

El director, Alberto San Quirico Rubio asegura que “está encantado de acudir a Haro por primera vez y esperan estar a la altura de las circunstancias”. De hecho, esta mañana ya han visitado las calles de Haro para conocer el recorrido de la procesión. De hecho ya han ensayado con las partituras tradicionales.

Historia de la Agrupación, extraída de su página web

La Banda de Música de Covaleda fue fundada en octubre 1928 por D. Ángel Terrel y Cuevas, un polifacético naturalista y humanista, adelantado a su tiempo y muy implicado en el desarrollo del pueblo. Contaba con veinticuatro mozos que comenzaron a cursar estudios musicales. Durante el primer año, estos jóvenes pagaban una cuota mensual de cinco pesetas por las clases recibidas, y fueron ellos mismos los encargados de comprar los primeros instrumentos y uniformes. La Banda debutó en la Pascua de 1929, desfilando por las calles del pueblo y amenizando un baile público. Desde este momento, el Ayuntamiento asignó un sueldo mensual a cada músico, que inicialmente fue de 7,50 pesetas.

Dos años más tarde, el 13 de junio de 1931, el Ayuntamiento adoptó un Acuerdo por el que la Banda pasó a ser Banda Municipal, comenzando a percibir desde este momento una subvención que inicialmente fue de 2000 pesetas anuales. Entre las muchas actividades que la formación llevó a cabo durante estos años, los cronistas mencionan: conciertos, bailes públicos, e incluso la participación en montajes de zarzuelas tales como "Las campanadas", "La leyenda del monje" o "Los claveles".

En 1936, con motivo de la Guerra Civil, muchos de los componentes de la Banda fueron llamados a filas, por lo que la misma quedó disuelta de manera indefinida. Una vez finalizado el conflicto, retomó nuevamente su actividad. Entre 1940 y 1944 estuvo al frente de la institución D. Clemente Cámara Benito, músico fundador de la misma. Posteriormente, entre 1944 y 1949 este puesto fue ocupado por D. Rodolfo Castilla Varcena, músico procedente de Valladolid.

El 4 de junio de 1949 el Ayuntamiento crea la plaza de Director de Banda, la cual será aprobada por la Dirección General de Administración Local el día 28 de ese mismo mes. Poco después, el 15 de octubre de 1949, toma posesión de la plaza D. Serapio García Alaejos, procedente de Villa del Río, y el cual permanecerá en el cargo hasta su muerte, el 29 de enero de 1964. A partir de este período, será el Ayuntamiento el que se haga cargo de la adquisición y mantenimiento de instrumentos, uniformes, partituras y accesorios diversos; también proporcionará el local destinado a clases para los educandos durante el día y ensayos de la Banda por las noches en días alternos. Asimismo, a los músicos, divididos en tres categorías diferentes, se les asignará una cantidad trimestral de dinero, debiendo superar una serie de exámenes para promocionar de una categoría a otra superior.

Ésta va a ser sin duda una etapa muy próspera para la Banda. Durante estos años, se ampliará y consolidará la plantilla de la formación, situándose en torno a treinta integrantes. Por otra parte, gracias a la perseverancia de sus componentes y a una línea de trabajo muy estricta, se consigue una calidad bastante elevada para la época, poco común en las bandas de municipios tan pequeños; se maneja con solvencia un repertorio muy amplio, y de una dificultad considerable.

La Banda va a desempeñar una labor local muy extensa y variada, que abarca desde conciertos hasta bailes públicos pasando por su participación en todos los actos oficiales, festivos y religiosos que tienen lugar en el pueblo, sin olvidar su colaboración en representaciones de zarzuela tales como "La Dolorosa", "La marcha de Cádiz" o "La alegría de la huerta". Además, sus músicos prolongarán su buen hacer más allá del término de Covaleda, amenizando diversos eventos en algunos pueblos de los alrededores.

A todo ello, hay que sumar una continua y valiosa labor pedagógica; por una parte, la mayoría de los niños y jóvenes del pueblo cursaban clases de Solfeo y de Instrumento, conformando así una cantera permanente a través de la cual la sostenibilidad de la Banda quedaba garantizada; por otro lado, incluso entre aquéllos que no recibían una formación musical académica, surgió una gran sensibilidad hacia este arte, la cual ha perdurado hasta nuestros días constituyendo una de las señas de identidad más significativas del pueblo.

A la muerte de D. Serapio, entre los años 1964 y 1966, se hicieron cargo de la Banda en un primer momento D. Adolfo Cámara Tejedor, y posteriormente D. Pergentino Herrero Llorente, ambos en calidad de Directores accidentales. También cabe mencionar durante esta etapa la colaboración prestada por D. Esteban Herrero de Miguel, que había sido Subdirector durante varios años.

El 1 de febrero de 1966 toma posesión como Director de la Banda D. Jesús de la Sota Calvo, procedente de El Burgo de Osma, que ostentará el cargo hasta el 31 de enero de 1979, fecha en la que se traslada a Toro.

Durante este período la dinámica y el funcionamiento de la institución no sufrieron cambios relevantes con respecto a la etapa de D. Serapio. El Director compaginaba su labor al frente de la Banda con la docencia en la Academia de Música; allí se impartían clases de Solfeo (1º,2º,3º,4º y 5º), Conjunto Coral (1º y 2º), Armonía (1º y 2º), Piano, así como todas las especialidades instrumentales de viento-madera y viento-metal. Ya en esta época, muchos de los alumnos se examinaban por turno libre en los conservatorios de Valladolid y Bilbao, para ir homologando sus estudios con las enseñanzas regladas equivalentes. La plantilla de la Banda así como su agenda, se mantienen sin grandes cambios durante estos años; cabe destacar su participación en diferentes certámenes del ámbito nacional, como los de Valladolid o Zaragoza. Y en el aspecto administrativo, tampoco se producirán novedades relevantes.

Desgraciadamente, debido a la situación económica del municipio y a otras muchas dificultades añadidas, en el año 1978 el Ayuntamiento suprime la plaza de Director; esto supuso la inminente disolución de la Banda así como la desaparición de la Academia de Música. Los sonidos del pueblo enmudecieron durante unos años, y fue un período verdaderamente caótico e irreverente hacia el trabajo realizado durante el medio siglo anterior: desaparecieron algunos instrumentos, otros se malvendieron; y el archivo de partituras fue totalmente desmantelado, extraviándose gran parte de las mismas.

En 1982 trató de reconstruirse la Banda bajo otras condiciones administrativas: se propuso el cobro de una subvención a repartir por igual entre todos los músicos a excepción del Director, que cobraría algo más en concepto de clases impartidas a los educandos. En esta ocasión, será D. Pergentino Herrero Llorente quien ejerza de nuevo como Director interino. Sin embargo, debido a un cúmulo de circunstancias este proyecto no llegó a buen término, y tras un breve espacio de tiempo hubo que desistir otra vez.

Pero el pueblo de Covaleda no conseguía resignarse ante la pérdida de una institución tan arraigada y querida por todos. Así, tras recibir una solicitud firmada por numerosos vecinos del municipio en la que pedían la reposición de la Banda, el Ayuntamiento citó a muchos de los que habían sido integrantes de la formación a lo largo de su historia para tratar de buscar una alternativa.

De esta manera, en 1983 y al amparo de la Ley de Asociaciones de 1964, nace la primitiva Agrupación "Músicos de Covaleda", más adelante denominada Agrupación Musical Local, y finalmente Agrupación Musical "Santa Cecilia", nombre este último que se ha mantenido hasta la actualidad. Ahora bien, a la Agrupación le tocó desarrollarse y subsistir bajo unas condiciones y circunstancias muy distintas a las de la Banda Municipal anterior: consiguieron reunirse unos doce músicos, es decir, menos de la mitad de la plantilla que había sido habitual hasta entonces; la formación echó a andar sin la figura de un director que la condujese, pues esta plaza había desaparecido de manera ya irremediable, y nunca más se volvería a crear como tal; por tanto, la Academia de Música también cesó en su actividad, ya que no había quien impartiese las clases; debido a ello, la plantilla de la Agrupación no podía contar con un posible refuerzo o relevo ante una baja o cualquier otro contratiempo; por otro lado, los instrumentos y los uniformes correrán ahora por cuenta de los propios músicos; asimismo, también desaparecerán los sueldos. El Ayuntamiento únicamente pudo colaborar poniendo a disposición de la Agrupación el local de ensayo, lo que quedaba del archivo de partituras, y asignando al conjunto una modesta cantidad económica que se percibiría de manera anual, a modo de "pago simbólico" por los servicios prestados. La desinteresada labor de todos estos músicos fue decisiva para la supervivencia de la Música en Covaleda bajo unas circunstancias tan precarias y adversas.

La actividad de la Agrupación durante estos años consistía en acompañar a la Corporación a misa en las festividades convenidas; acompañar la cabalgata de Reyes así como las procesiones de Viernes Santo y Corpus Christi; y amenizar los distintos actos de las dos fiestas locales: pasacalles, desfiles, dianas, toros y procesiones. Ante la escasa plantilla y la ausencia de un director, los conciertos quedaron reducidos a la interpretación de dos o tres pasodobles tras la bajada de misa en los días mencionados.

Y en estas mismas condiciones y sin cambios relevantes transcurrirá la andadura de la Agrupación durante los años sucesivos. En cuanto a las clases de Música, en principio desaparecieron junto con la Banda Municipal. Posteriormente, entre 1984 y 1986 D. Aurio impartió en la Academia de Música clases de Solfeo y de Instrumento en las distintas especialidades de viento; sin embargo, debido a la brevedad de su ejercicio y a la falta de continuidad, no se consiguieron resultados orientados a incrementar la plantilla de la Agrupación.

Habrá que esperar hasta 1995 para encontrarnos con un proyecto más consolidado. Se trata de la Escuela Comarcal de Música de Pinares, que a partir de 1999 fue gestionada por la empresa Servimúsica; esta entidad impartió clases de Música por diferentes pueblos de la Comarca pinariega durante varios años, manteniendo su sede en Covaleda hasta 2003; los alumnos pagaban una cuota mensual por las enseñanzas recibidas, y los diferentes ayuntamientos contibuían con una pequeña ayuda.

Es en este marco donde comienzan a formarse las que a partir de 1998 serán las nuevas incorporaciones de la Agrupación. En los años sucesivos, algunos de estos chicos así como otros niños y jóvenes del pueblo deciden ampliar sus estudios musicales matriculándose en el Conservatorio Profesional de Música de Soria. La mayor parte de los mismos, a su vez, pasarán a formar parte de la Agrupación; gracias a esta coyuntura, la formación ha conseguido aumentar progresivamente su número de integrantes durante los últimos años.

Pero para poder llegar a la realidad que hoy tenemos, a esta ampliación de la plantilla tenemos que añadir un hecho decisivo: la intervención de D. Jacinto Escribano Calonge. Jacinto Escribano fue músico de la Banda durante la época de D. Serapio; también integrante de la Orquesta Urbión; y posteriormente, tras ampliar estudios en el Conservatorio, trombón solista de la Banda de Soria durante cuarenta años; asimismo, componente de la Agrupación Musical "Santa Cecilia", aunque no desde su fundación.

En el año 2004, Jacinto Escribano comienza a hacerse cargo de las labores de dirección de la Banda, pero de una manera totalmente desinteresada y sin ningún tipo de diferenciación respecto al resto de integrantes en el plano administrativo: todos los músicos serán componentes del grupo en absoluta igualdad de condiciones, independientemente del cargo desempeñado por cada uno.

Así pues, con una plantilla más amplia y alguien dispuesto a asumir las tareas de dirección, llegamos a la actual Asociación Musical "Santa Cecilia", nacida el 9 de enero de 2013 al amparo de la Ley de Asociaciones vigente desde 2002.

Esta formación cuenta en la actualidad con unos treinta integrantes, todos ellos hijos del pueblo, y comprede, a partir de D. Serapio, a miembros de las distintas generaciones de músicos mencionadas hasta ahora.

Administrativamente, su funcionamiento es muy similar al de la Agrupación anterior, destinándose la asignación económica anual al mantenimiento y adquisición de instrumentos o a los gastos de dietas originados durante las diferentes concentraciones.

Durante todo el año se ensaya dos días en semana, y en situaciones extraordinarias tres. Y en lo referente a actuaciones, a toda la agenda que venía desempeñando la primitiva Agrupación hemos de añadir la Retreta en honor a Santa Cecilia así como cuatro conciertos anuales: Navidad; Semana Santa; Semana Cultural; y el de verano.

La actividad de la Asociación se prolonga también fuera de Covaleda, contando con diferentes actuaciones en lugares como Serón de Nágima, Herrera de Pisuerga o Burgos.

Por otro lado, en aras de preservar esta institución y tras varios intentos fallidos, en septiembre de 2013 echa a andar una modesta Escuela de Música en el pueblo, en la que imparten clases distintos miembros de la JOSS, y la cual habrá de ser junto con el Conservatorio de Soria los encargados de proporcionar la cantera necesaria para que la Asociación pueda subsistir en las condiciones actuales.

En la actualidad, la Banda de Música de Covaleda está dirigida por Alberto San Quirico Rubio.